La belleza ha de ser caduca,
efímera, sutil, discreta
-tan sólo una llamada de atención
para fijarnos en lo eterno-.
Y la vida es hermosa, una breve delicia...
Quizá no sea más que eso,
una flor presta a marchitarse,
un reclamo que nos brinda la muerte
para libar quién sabe qué misterioso néctar.
Acabo de descubrir este rincón, y me está gustando mucho... si me lo permites, sigo por aquí, leyéndote.
ResponderEliminarGracias por escribir. Un placer leerte
Psique