
El dulce veneno que nos da la vida
nos hace inspirar
una pequeña dosis de muerte
en cada aliento (en cada suspiro)
…y al final,
se nos hace demasiado amarga
la ponzoña tantas veces digerida.
Fenecemos cual vivimos,
dulcemente envenenados
si la vida la sorbemos
dulcemente (trago a trago)
Simplemente maravilloso
ResponderEliminarpleno
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