lunes, 25 de enero de 2010

ELEFANTES EN EL POZO

Muchas veces me paro a mirar al espejo
y a buscar en mis ojos olvidados recuerdos.
Mis pupilas de niño ya tiemblan en el agua,
(la frescura del pozo, y aquel sol en la espalda)

Apoyado en el borde, acechando callado,
con el alma en un puño esperaba ver algo.
No te asomes al pozo -me decía mi padre-
que en el fondo se ocultan elefantes salvajes.
Animales inmensos viven dentro del agua,
no te acerques al pozo por si acaso te atrapan.

Pero yo me escapaba en las tardes de agosto
a buscar elefantes, asomándome al pozo.
Las sombras reflejaban sinuosa una piedra
y mi mente infantil dibujaba una oreja.
Acostado en silencio me pasaba las horas
esperando paciente que se alzaran sus trompas.

Hoy el niño ha pasado, me lo dice el espejo
y no hay tiempo, ni pozos, ni veranos, ni sueños.
Solo a veces me paro y mirando hacia el agua,
me sorprendo esperando que una trompa asomara.

3 comentarios:

  1. Vaya, la inocencia infantil, que pena cuando la perdemos.
    Un buen retrato has hecho de ella.
    Saludos.

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  2. “Hoy el niño ha pasado, me lo dice el espejo
    y no hay tiempo,”
    Elegante modo de asumir la incertidumbre o la verdad de edad.

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  3. Me ha encantado esta poesía, cada verso. Hermosa y sencilla, como debe ser.

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