
Inunda el agua
mi seco llanto;
inunda el alma.
La vida plena
no se detine
tras la ventana,
no inunda nada.
Tan sólo llena
de aliento puro
de la mañana,
de azul y verde
queda la tierra
tras sus llegada;
no inunda nada.
Frías las gotas
cantan a ritmo
sereno y puro
tras la ventana.
Pero en la casa
su martilleo
resuena hondo
cortando el aire
con su cizalla.
Inunda el agua
de golpes secos
mi seco llanto;
inunda el alma.
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