viernes, 24 de octubre de 2008

A MI SOBRINO PABLO

Siempre que vengo a verte
parece que estas dormido,
pero solo lo parece...
Seguro que andas pensando,
cuando la lengua se preste,
en todas esas preguntas...
Y ahora, parece que duermes
Preguntarás a tu padre
que esperará paciente
con la sonrisa en los labios,
(yo casi puedo verle)
es mi hermano y lo conozco;
estará esperando siempre.

-¿Dónde maduran los sueños?
Papá ¿dónde crecen?
- En tu pecho, hijo, en tu pecho,
seguro que ya los sientes,
pero sólo será en tus manos
donde brote su simiente,
y en tus pies también, caminando...
-Y ¿Cuándo madurarán mis dientes?
-No tengas prisa, pequeño;
cuando ya no sean de leche
y sean fuertes en justicia
para que tu los enseñes
muy blancos, Pablo, muy blancos;
¡tan blancos como la nieve!
¿Y dónde estará la esperanza?
¿Dónde podré buscarla
si algún día se me pierde?
-Mi esperanza está guardada
donde tu vida la lleve;
en el cofre más sagrado:
está guardada en tu frente.


-Y ahora, mi niño, descansa,
¿Lo ves? parece que duermes...

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