viernes, 28 de marzo de 2008

GLOSA (soneto dodecasílabo)


Pasó la noche; vino la luz del día.
Sonreía en Oriente tímida el alba,
y a sus primeras luces, el horizonte
parecía que a lo lejos se incendiaba.
Rubén Darío (Ondas y nubes III)


Llegó la bruma y de sombras se teñía
moribundas a la luz de la alborada,
con su púrpura clavado en mi mirada.
Pasó la noche; vino la luz del día.

Y la luna con su blanca testa calva
se fundía en las alturas lentamente;
mientras ella se moría en Occidente,
sonreía en Oriente, tímida el alba.

Aun escondido su cuerpo tras el monte,
el sol tenue dibujó la madrugada
y a sus primeras luces, el horizonte.

Ya silente con su disco caminaba
Febo alzando de los cielos su remonte,
parecía que a lo lejos se incendiaba.



Safe Creative #0803270526009

1 comentario:

  1. me ha encantado como has versado a DArio (ah, vaya, lo dejo así, que parece tu tocayo, jejeje)

    Bebí de DArio (Rubén) desde muy joven y por él y con él (entre otros) me enamoré de la poesía...

    Me ha gustado encontrármelo aquí. Gracias.


    Un saludo

    PSIQUE

    ResponderEliminar

Derechos reservados