sábado, 11 de octubre de 2008

FUGAZMENTE

Tu entrada al mundo que imagino:
efímera, insustancial, distante;
apenas el roce de tu codo
en una acera bulliciosa.

Y sin embargo recuerdo
¡de cuantas cosas me hablaste!
Se encendió en mí como el fuego
no sé qué pliegue de tu falda,
no sé qué sutil aroma
de tu alma sobre el aire.
Me volví y te habías perdido
entre aceras bulliciosas
no recuerdo de qué calle.

Pero el mundo que imagino,
ese donde me hablaste,
quedó lleno de pasiones
y creo que pude besarte…
Y no lo olvido, mi vida,
Efímera…
Insustancial…
Distante…

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